en la que este se envía, la carga emocional negativa que estamos comunicando, y eso distorsiona el mensaje e invalida su eficacia. A veces no es tanto lo que nos ocurre sino cómo afrontamos y sobre todo cómo decimos a nuestra pareja lo que nos ocurre. La forma es determinante en la discusión y muchas veces se puede convertir en el problema sin serlo. La sana confrontación nunca busca destruir a la persona, sino ayudarla a crecer para construir una mejor relación. La actitud de amor suaviza la confrontación.
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